LA FORMA DE VER LA VIDA, VIVIRLA Y SENTIRLA DE UNOS Y OTROS

 

No se si te has dado cuenta que en la vida hay dos tipos de personas muy diferentes entre sí.

Las personas que todo lo ven como una montaña que escalar y que a todo ven problemas y dificultades, y  las que tienen "hambre".

Y cuando digo hambre,  lo digo  porque este segundo tipo de personas a las que me refiero son personas inquietas, con motivaciones, que les gusta aprender, conocer, experimentar, que no paran nunca de hacer cosas y que le quieren encontrar un sentido a la vida, aman a a la vida  y disfrutan viviéndola.

 A las primeras  les gusta la tranquilidad, la vida cómoda, placentera, no les gustan las prisas ni tienen demasiadas ganas de llegar muy lejos y esperan que todo les sea dado.

A las segundas a las del hambre  se diferencian   de las primeras, por sus ganas   de conocimiento, sed de aventura y no se conforman con estar sino en SER.

He descubierto que este tipo de personas  son mucho más , flexibles, despiertas, afables, espabiladas mucho más abiertas, són y se sienten mayoritariamente, felices pese a cualquier contratiempo,porque le tienen ganas a la vida, les faltan horas del día para hacer todo lo que quieren hacer y se proponen.

A las primeras el tiempo les sobra, no sienten demasiadas motivaciones y sienten un vacio interior en ocasiones difícil de describir.

No diré que sean mejores ni peores, pero sí  como puedes observar  son muy pero que muy diferentes y  por como puedes empezar a conocer a través de mis escritos, te puedo decir si todavía no lo sabes  que ahora más que nunca a  estoy UNIDO  a este segundo grupo ya que me hace SER y  sentirme  realmente muy pero que muy vivo.

¡Yo hace tiempo era del primer grupo pese a  ciertas salvedades!

Me gustaba empezar muchas cosas si bien es cierto que no las acababa todas.

Sentía vorágine al ver al segundo grupo como no paraban de ir de aquí para allí. 

Me estrasaban y no me gustaban esas prisas para  hacer tantas y tantas cosas.

Valoraba los ratitos de sofing-TV , valoraba  no parar de hacer cosas pero a un ritmo tranquilo  y sosegado, valoraba perder mi tiempo en desplazamientos que no me llevaban a ninguna parte y descubrí posteriormente que con el tiempo esa paz, esta tranquilidad y ese estado de calma no me llevaba a sentirme más pleno ni afortunado porque con ello no conseguía realizarme.

¡De aquí a que posteriormente viniera a mi la tormenta perfecta!

Han pasado muchos años...(demasiados) y de ser aquel tipo de persona, me he convertido o transformado en el segundo grupo. 

Eso ocurre cuando pides a gritos y suplicas cambios en tu vida, porque esta no te satisface verdaderamente y tocas fondo.

Es entocnes cuando decides y escojes ser un ancla o un muelle o trampolin, que te impulse hacia arriba la superficie.

¡El tiempo, las vivencias y las experiencias vividas nos hacen cambiar mucho! 

 

Y Ahora más que nunca,tengo hambre de saber, conocer, experimentar, comunicar, hablar, escuchar, sentir, tengo ganas de recuperar todo ese tiempo perdido que una vez dejé escapar como agua entre mis dedos y que ahora no podré volver recuperar.

¡Que de diferente y cómo cambia la vida !

¿Verdad?

Antes sentía rabia por las personas que buscaban realizarse porque creía que no llegarían a ninguna parte.

Hace tiempo comprendí, que lo importante es moverse, más que quedarse quieto en “Stand bye”, esperando que las cosas pasen.

Busca tu lugar, busca tu camino, haz que las cosas pasen y sucedan.

Lo digo en todos mis libros de la trilogía “Despierta tus sueños” La vida es cambio, evolución, transformación.

¡Busca tu cambio, búscate a ti!

Y estamos aquí sin darnos cuenta en estos momentos, para precisamente  con consciencia aprender de la vida todo al máximo.

 Por eso la vida es finita, para que aprovechemos todos y cada uno de nuestros días aquí, ya que es un auténtico REGALO-LUJO  y privilegio poder estar vivos y   sabiendo esto y  conociendo esta GRAN OPORTUNIDAD ,no nos podemos quedar, nunca jamás quietos ni  expectantes.

Cuando te das cuenta de ello nada más te importa que buscar ese “santo grial” que es conocerte, saber  cuales son tus debilidades, conocer tus fortalezas y convertirte en alguien que quiere superar cualquier tipo de limitación, obstáculo  o miedo  que no le haga crecer y superarse.

Nos merecemos esa transformación y ese cambio porque nuestras vidas son finitas en el tiempo.

Somos esas semillas que un día se plantaron y estamos en terreno fértil creciendo  y no nos podemos permitir  dejar de crecer.

No tenemos ninguna excusa para quedarnos al margen en la cuneta de cualquier carretera y no poder florecer como nos merecemos.

 

 

Nada es fácil i difícil siempre lo digo y lo diré porque con el tiempo he aprendido que  en la vida  podemos tener puntos de vista diferentes  y no estar ni unos ni otros equivocados.

Es por ello que le pido a la vida que ahora que me ha dado esta oportunidad de estar en los dos bandos, me brinde la oportunidad de  quedarme en este último ya que me apasiona ver como de grandes son las posibilidades que nos  ofrece el universo, si realmente estamos presentes día a día en querer un mundo mejor para nosotros, para los nuestros en ese nuevo despertar.

 

Como decía anteriormente somos esas semillas del cambio, que están creciendo y viendo como  nuestro entorno se transforma día tras día. No dejemos que otros nos quieran apartar o no quiten del sol, que nos ilumina.  

No busquemos estar en la sombra ni en la oscuridad.

Busquemos nuestro lugar para crecer más alto, más vigorosos y  mucho más fuertes que nunca porque en este periodo de transición y de tantos cambios como se avecinan, somos muchos los que queremos florecer, ver la vida  como una OPORTUNIDAD, sentirla y   VIVIRLA plena e INTENSAMENTE.

Porque no hay tiempo que perder y porque es nuestra obligación ser semillas transformadoras  del cambio.

Crezcamos, evolucionemos, transformémonos, seamos fuertes, resistentes, perseverantes, no admitamos los no  por respuesta, busquemos el sol que no ilumine, el agua que nos nutra, hagamos que nuestras raíces  agarren bien en el terreno y soportaremos hasta la más furiosa fuerza de cualquier huracán siendo flexibles  como las palmeras, que ni la fuerza del viento las puede  arrancar de  donde están.

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“DESPIERTA TUS SUEÑOS” 

Óscar Grau Gabernet

 

graugabernetoscar@gmail.com

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